Cuando el viento sopla con fuerzas los volantines tiñen el cielo. Yo tenía un volantín amarillo que parecía querer tocar el sol. En las afueras de Lontué salí a encumbrarlo en medio de un potrero. El volantín llegó tan alto que apenas podía verlo. Estaba sola a mitad de la nada, sólo con el viento primaveral y mi volantín amarillo. Escuché el silencio, sentí la tensión del hilo que impedía a mi volantín escapar, sentí placer por la quietud en mí. Ahora en medio de Santiago me gustaría volver a sentir lo que esa tarde sentí con mi volantín amarillo.
Quería mandar esto a Santiago en cien palabras pero lo escribí como 2 días antes de que se cumpliera el plaso y no tuve el tiempo de mandarlo... para el próximo año será :)
1 comentario:
una lastima ke no hayas podido mandar esto a stgo en 100 palabras
ta re weno
me guto muxo tu blog^^
ojala y te guste el mio
insisto
muy re-weno haberte conocido
nos vemos
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