Un día nació. Sabía que algo debía hacer, pero no sabía si sería capaz. Sabía que algo debía concretar, pero no sabía qué era ese algo. Al comienzo sólo se dejó llevar, para conocer, para aprender, para explorar este nuevo lugar al que había llegado. Para descubrir cuál era esa misión que le gritaba desde siempre que la cumpliera. Sentía que el tiempo se le acababa, que la vida avanzaba demasiado deprisa y que su tiempo pasaría sin haber sido capaz de alcanzar su meta… que no sería capaz siquiera de descubrirla. Y buscaba sin buscar para encontrar su verdad, para encontrar su razón, su ser, el por qué de su estadía en ese lugar, se desesperaba al no ver ninguna señal, pero de cierta forma sabía que cada día estaba más cerca de descubrirlo, que con cada conversación, con cada canción, con cada persona, con cada “coincidencia”, con cada color, con cada lectura, con cada aroma y cada pensamiento estaba un paso más cerca de su primera meta. Y así buscó durante mucho, mucho tiempo… y esperó y lloró por el tiempo que se iba y por el futuro incierto que llegaba. Y cuando las voces hablaban tenía miedo de escucharlas y se sentía como un pequeño bote a la deriva que no tiene esperanzas de escapar de la eternidad del mar. Sucedió que ya habiéndose dado por vencido, habiendo perdido casi por completo la esperanza un chispazo iluminó su larga búsqueda, una pista que desde hace mucho estaba frente a sus ojos, un camino al descubrimiento de su misión estaba ahí, y cuando le ayudaron a conocerse escalofríos recorrieron su cuerpo, sus ojos se llenaron de lágrimas, desgarró todo eso que se aconchaba en su interior por no saber y lo comenzó a liberar, mientras sus ojos se desgastaban al llenarse de conocimiento, de entendimiento… todo lo que se había preguntado se respondía poco a poco mientras corrientes eléctricas de felicidad y éxtasis recorrían su ser, mientras retomaba fuerzas para continuar… para comenzar.
Música para el Alma
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2 comentarios:
tienen todos demasiado talento para la literatura
me sorprende
TKM!!!!!!
Una vida cifrada bajo silogismos literarios, sin lugar a dudas tienes una capacidad innata para la literatura. Fue de cierto modo sorprendente encontrar a una persona que "valorara" tanto las letras. No tengo nada más que decirte que felicitaciones, sigue adelante y pasa por alto a los acéfalos de los concursos; la métrica no es todo y mucho menos lo ad populum.
Insisto en que hay mil formas de escribir, pero sólo una de revivir los momentos, los recuerdos, los sentimientos; y eso, tú lo lograste.
Saludos!
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